martes, 12 de marzo de 2013

SEDUCCIÓN


La musica nos inunda, llena la habitación de un espectro mágico donde los sonidos ahora también son colores, rayos que rebotan en las paredes y van en todas direcciones, se deslizan en nuestra cara, entran por todos los orificios que tenemos. Es un viento, un remolino que nos levanta por el aire en un trance de sensaciones, de sentidos estimulados. Un juego de seducción que nos altera, nos crispa de los pies hasta la cabeza, hormigas que caminan por todas partes, pequeños mordiscos que nos dan placer. A cada momento nos embriagamos de algo que debe ser muy parecido al amor, a la felicidad. He comenzado con una expedición exploratoria por su espalda, un roce delicado de las yemas de los dedos que caminan surcando su piel, reconociendo el nuevo territorio y Colonizándolo

Volamos por las paredes que son cuatro, nos asentamos sobre ellas, nos sirven de soporte para apoyar nuestros pesos, porque queremos ser uno, estar tan juntos como sea posible. Estamos trenzados, rebotando al ritmo de la música que suena, flotando un poco, elevados del piso, multiplicando movimientos para unirnos. La mirada se convierte en una herramienta para el ataque, un prisma que concentra todo el deseo.  Sintiéndonos eternos en ese instante. Quiero ver a través de sus ojos, encontrar su alma detrás se sus costillas, escarbar hasta ella, tocarla y abrazarla, robarla para mí, para que ahora sea mía, poder estar juntos después de esta habitación, ser aire, ser recuerdo, encontrarnos etéreos entre nuestros pensamientos.

Las palabras viajan en el susurro hasta nuestros oídos, afloran en una enramada erótica que se aferra a nuestra cabeza, nos impulsan hacia adelante en esta pequeña batalla que tal vez tenga dos ganadores. La realidad se vuelve difusa, como dentro de un sueño, ya no contamos el tiempo. Nos enfrascamos en caricias que caen como lluvia, mojando cada parte de nuestros cuerpos, incrementado su fuerza cada vez que nos acercamos. La temperatura aumenta caprichosa sus grados. Cuerpos humeantes, apunto de quemarse, prenderse en fuego, pero que desafiantes se siguen calentando. Su pelo abundante y negro cae sobre su cara, cubriéndola a la mitad, ella lo mueve de vez en cuando para acomodarlo, yo la busco entre el para besarla, para tocar sus labios, para sentir su piel húmeda, respirar junto a ella. Atrincherarnos para compartir el aire que resulta esquivo y pasa entrecortado por nuestra boca.

Sus piernas infinitas, son agarres para escalar hasta a ella, una montaña de cumbre empinada que bifurca su camino. Me ayudan a escurrirme hasta su interior, probarla y descubrir su sabor. Su piel es la más suave que haya tocado, recorrerla es una tarea incesante, que requiere todo mi empeño.  Ya no existirá nada después de este momento, no habrá más movimientos en la habitación.  Nuestros pensamientos van a toda velocidad proyectando cada gesto, cada contacto, todo cuanto nos procura placer. Trabaja hasta su límite, para conectar con nuestro cuerpo, para hacernos sentir esto tan parecido a un estado sublime, divino, donde no hay dolor, donde todo es bienestar, lo que dicen las personas que murieron y volvieron a la vida, esa sensación placida que irradia todo alrededor y en la que ya no hay cabida para lo aciago. Los latidos del corazón se incrementan tanto que retumban por toda la habitación, son más fuertes que la música, es el punto de no retorno, debe ser el final de la batalla, puede ser que terminemos muertos. Quiero decir que si termino muerto, con el corazón explotado, definitivamente valió la pena pelear.


1 comentario:

  1. Muy bueno... La vdd todos me gustan, no se cual me gusta mas... Sigue escribiendo, recuerda q soy tu fan... Te sigo leyendo...!! ��

    ResponderEliminar