La musica nos inunda,
llena la habitación de un espectro mágico donde los sonidos ahora también son
colores, rayos que rebotan en las paredes y van en todas direcciones, se
deslizan en nuestra cara, entran por todos los orificios que tenemos. Es un
viento, un remolino que nos levanta por el aire en un trance de sensaciones, de
sentidos estimulados. Un juego de seducción que nos altera, nos crispa de los
pies hasta la cabeza, hormigas que caminan por todas partes, pequeños mordiscos
que nos dan placer. A cada momento nos embriagamos de algo que debe ser muy
parecido al amor, a la felicidad. He comenzado con una expedición exploratoria
por su espalda, un roce delicado de las yemas de los dedos que caminan surcando
su piel, reconociendo el nuevo territorio y Colonizándolo
Volamos por las paredes que son
cuatro, nos asentamos sobre ellas, nos sirven de soporte para apoyar nuestros
pesos, porque queremos ser uno, estar tan juntos como sea posible. Estamos
trenzados, rebotando al ritmo de la música que suena, flotando un poco,
elevados del piso, multiplicando movimientos para unirnos. La mirada se
convierte en una herramienta para el ataque, un prisma que concentra todo el
deseo. Sintiéndonos eternos en ese
instante. Quiero ver a través de sus ojos, encontrar su alma detrás se sus
costillas, escarbar hasta ella, tocarla y abrazarla, robarla para mí, para que
ahora sea mía, poder estar juntos después de esta habitación, ser aire, ser
recuerdo, encontrarnos etéreos entre nuestros pensamientos.
Las palabras viajan en el susurro
hasta nuestros oídos, afloran en una enramada erótica que se aferra a nuestra
cabeza, nos impulsan hacia adelante en esta pequeña batalla que tal vez tenga dos ganadores. La realidad se vuelve difusa, como dentro de un sueño, ya no contamos
el tiempo. Nos enfrascamos en caricias
que caen como lluvia, mojando cada parte de nuestros cuerpos, incrementado su
fuerza cada vez que nos acercamos. La temperatura aumenta caprichosa sus
grados. Cuerpos humeantes, apunto de quemarse, prenderse en fuego, pero que desafiantes
se siguen calentando. Su pelo abundante y negro cae sobre su cara, cubriéndola
a la mitad, ella lo mueve de vez en cuando para acomodarlo, yo la busco entre el
para besarla, para tocar sus labios, para sentir su piel húmeda, respirar junto
a ella. Atrincherarnos para compartir el aire que resulta esquivo y pasa
entrecortado por nuestra boca.
Sus piernas infinitas, son
agarres para escalar hasta a ella, una montaña de cumbre empinada que bifurca
su camino. Me ayudan a escurrirme hasta su interior, probarla y descubrir su
sabor. Su piel es la más suave que haya tocado, recorrerla es una tarea
incesante, que requiere todo mi empeño. Ya no existirá nada después de este momento, no
habrá más movimientos en la habitación. Nuestros pensamientos van a toda velocidad proyectando
cada gesto, cada contacto, todo cuanto nos procura placer. Trabaja hasta su
límite, para conectar con nuestro cuerpo, para hacernos sentir esto tan
parecido a un estado sublime, divino, donde no hay dolor, donde todo es
bienestar, lo que dicen las personas que murieron y volvieron a la vida, esa
sensación placida que irradia todo alrededor y en la que ya no hay cabida para lo
aciago. Los latidos del corazón se incrementan tanto que retumban por toda la habitación,
son más fuertes que la música, es el punto de no retorno, debe ser el final de
la batalla, puede ser que terminemos muertos. Quiero decir que si termino
muerto, con el corazón explotado, definitivamente valió la pena pelear.
Muy bueno... La vdd todos me gustan, no se cual me gusta mas... Sigue escribiendo, recuerda q soy tu fan... Te sigo leyendo...!! ��
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