miércoles, 30 de octubre de 2013

SIN POESÍA


VENENO

No te diste cuenta, pero cada vez que te bebía,
corroías mi espíritu como el peor de los ácidos sobre la piel,
envilecías mis intestinos hasta hacerlos ahogarce en sangre. Incauto me tomaba
tu poción con la garganta áspera de sed y con las ganas
infinitas de deberte hasta la ultima gota.


YO SOY UNA HORMIGA

Hormigas enfermas, pálidas y esqueléticas
chocan sus cabezas, erráticas deambulan  buscando alguna dirección esquiva,
desconcertadas por cada pisotón crápula de los hombres,
tocadas por el azar van y vienen como si el tiempo se les acabara.
Y¿Cuanto tiempo tendrán las hormigas?


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