TU LOCURA
te encuentro en la oscuridad de mis ojos cerrados
donde todo es tan infinito y majestuoso como quiero.
Los dos hemos estado sentados al frente del pelotón
de fusilamiento, con el corazón acelerado y la respiración
pesada, desestimando los cañonazos para confesarnos
en ese ultimo instante con palabras expulsadas por
los ojos. Repartidos en un horizonte basto donde el
cielo rojizo de la tarde disimula la distancia.